Es la época de cruzar el lago del tiempo, como cada año.
Situados estamos a medio camino de la travesía, sin remedio avanzamos.
La orilla que tenemos a nuestra espalda, junio, esta demasiado lejos para alcanzarla, además el viento nos empuja sin excusa hacia adelante, camino de septiembre, la otra orilla. Comenzando agosto, miramos a nuestro alrededor, y solo vemos calor, pesadumbre y lejanía.
Con esperanza nos imaginamos llegando a septiembre y caminando hacia la llanura que le precede, hasta noviembre, después llegará de nuevo la subida a la fría montaña, desde diciembre hasta febrero.
De marzo a junio el camino se vuelve sosegado, preparándonos de nuevo para cruzar el desértico lago de agosto.
Pura rutina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario