domingo, 15 de abril de 2012

Mejorando lo presente, pero, por qué?


El ser humano, la humanidad, el Homo Sapiens.

Se caracteriza, entre otras cosas, por ser la especie animal que ha revolucionado la evolución, por muchos motivos.
Una de las cosas que me ha llamado la atención es, dada la complejidad de sus relaciones sociales, el cambio de papel entre macho y hembra.

   Todos sabemos que la mayoría de las especies, mamíferos y aves principalmente, necesitan llamar la atención de alguna manera cuando llega el momento de buscar con quién aparearse. El pavo real es el ejemplo típico, tiene un gran plumaje para llamar la atención de la hembra, que tiene un plumaje muy sencillo. El león tiene una gran melena, la leona no. Los ciervos tienen una gran cornamenta al llegar la berrea, para destacar entre sus congéneres. El jilguero macho tiene un colorido más llamativo que el de la hembra. En general, ya sea por los colores, por el tamaño, o por la forma de cantar, el macho es que el que ha de llamar la atención de la hembra. Como principal fin, el apareamiento.



   En el hombre, al menos en estos días, el comportamiento es totalmente diferente.
Es cierto que algunos hombres suelen llamar la atención de alguna manera, sobre todo si hay féminas cerca. Sin embargo, son las mujeres las que acostumbran a acicalarse para conseguir ser lo más llamativas posible, incluso, llegando a rivalizar con las otras mujeres; maquillaje, labios pintados, melena llamativa, tacones, escote, pantalones ajustados, etc... Todo esto podría hacer pensar que, del mismo modo que los animales, la mujer de hoy en día busca desperadamente pareja para aparearse, aunque es complicado pensar así. 
   De todas formas, siendo un poco objetivos y comparando las costumbres de ahora y las de antaño, nos daremos cuenta que hasta hace poco (lo mismo que ocurre en otras sociedades como por ejemplo la árabe), era el hombre el principal miembro de la pareja, la mujer estaba situada en un segundo plano. 
Sin embargo, en los últimos años, la mujer ha tomado un papel más relevante, igualado con el hombre o incluso superior en cuanto a importancia. En las familias, aunque sigue siendo el hombre el representante de la misma, es la mujer la que toma la mayoría de las decisiones: qué ropa utilizar, donde comprar la comida, cuándo tener hijos, cómo educarles, cómo administrar el dinero, ... 
De esta manera, considerando a la mujer en un papel dominante con respecto al hombre (aunque esto puede ser más o menos discutible) sí podemos entender que sea ella la que tome la decisión de seleccionar pareja. Por supuesto, esto no se hace de una manera consciente o premeditada (es un objetivo demasiado profundo como para tenerlo presente en todo momento y con la contínua preocupación de la continuidad de la especie). 

La mujer es presumida y coqueta por naturaleza, esto hace que le guste llamar la atencion, la decoración y los buenos modales, entre otras cosas. Y ya metidos en faena, si la mujer hace todo esto para buscar pareja el siguente paso sería preguntarnos 'a quién busca la mujer?'.
Nuestros sentimientos más primarios nos hace pensar que la mujer (la hembra) busca en el hombre, además de su aportación fisiológica para la fecundación y la procreación, alguien que, con características físicas importantes, pueda estar a su lado y defenderla de cualquier enemigo que intente romper sus planes para mantener la especie. Todo esto, pensando muy básicamente. 
Sin embargo, yo creo, que lo que la mujer busca en estos tiempos modernos es alguien con capacidades para poder suministrar estabilidad, tranquilidad y sustento suficiente para ella y sus descendientes. Es decir, un hombre activo, que mantenga la pareja para toda la vida, que sea capaz de introducir en el domicilio un sueldo de manera regular durante toda la vida, que aporte a la educación y el mantenimiento de los hijos, y además que se una persona agradable para convivir.
Todo esto nos lleva a pensar que, una vez difuminada esa obsoleta dependencia de la mujer con el hombre, y teniendo en cuenta ese cambio de criterio en la busqueda del hombre perfecto, podríamos llegar a la conclusión de que la mujer, siendo capaz de tener un trabajo remunerado, satisfacer sus necesidades sociales sin tener pareja estable, y pudiendo tener descendencia sin ser obligatoria la intervención del hombre (hablamos de las clínicas de fertilidad), debe ser el hombre el que a partir de ahora tendrá que hacer un esfuerzo para que la mujer acepte convivir con él.

El hombre deberá ser atractivo, y no sólo físicamente, para la mujer.

                                                                              iker gonzalez








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